Privilegios 'en conserva' | Gustavo Duch


¿Qué comeré hoy? es una pregunta habitual. Millones de personas no tienen respuesta, otras siempre podemos rebuscar en la despensa y qué se yo, una lata de atún en conserva siempre nos sacará del apuro.

Para conservar estos privilegios, o mejor dicho, para que 25 atuneros-congeladores españoles (aunque algunos con banderas de conveniencia, sin que eso parezca importar) sigan enriqueciéndose en costas ajenas, todas y todos hacemos un considerable esfuerzo económico. También en tiempo de recortes.

Sólo España dedica anualmente 75 millones de euros en la operación armada Atalanta contra los bucaneros de Somalia;  unos cuantos millones más, en la operación EUTM-Somalia, de entrenamiento de soldados para las milicias del Gobierno Federal de Transición de Somalia (GFT), que instruye como eliminar ellos autónomamente a sus delincuentes marinos; y subvenciona también a los armadores para que puedan zarpar con protección militar privada –ahora con armamento pesado- para guerras galácticas.

Tres capítulos de presupuestos militares a los que podríamos sumar las ayudas del presupuesto de pesca de la Unión Europea para que esta flota pueda acceder a caladeros de aguas territoriales africanas.

¿Cuánto dedica toda la UE en ayuda al desarrollo para Somalia? En seis años (periodo 2008-2013) dedicará 215,3 millones de euros. Muy malas proporciones.

En los océanos los atunes no nadan y pasan miedo. En Somalia los pescadores no pescan y pasan hambre.

Campamento Félix: una buena alternativa para el verano


Hace unos días que comenzaron las vacaciones escolares de verano. Los niños las reciben cada año con felicidad y mucha energía, pero a veces son una preocupación para los padres que continúan con sus jornadas laborales.
Los campamentos son una gran opción para ellos, ya que los niños permanecen ocupados mientras se divierten y aprenden. Los psicólogos aconsejan que su hijo acepte asistir al campamento, que no sea una imposición. Y es que la función del campamento de verano no es guardar o entretener a niños mientras sus padres trabajan, sino, sobre todo, mejorar su autoestima, la sociabilidad y la independencia.

Desde la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente se ha creado el primer Campamento Félix que se llevará a cabo del 1 al 10 de agosto en A Coruña, donde los niños y niñas de 8 a 14 años podrán continuar y seguir aquellos consejos que Félix transmitió en la década de los 70 y que tan contemporáneos permanecen:


“Es verano, en el que vais a tener más contacto que nunca con nuestros bosques, nuestras montañas, nuestros ríos y nuestras playas, tenéis que demostrar a todo el mundo que sois Linces, que comprendéis la importancia que tiene para la Naturaleza conservar su equilibro, su frescura y su pureza. En esta época en que seguramente tendréis mucho tiempo a vuestra disposición no olvidéis que es la ocasión para observar y estudiar al aire libre, sobre el campo, los secretos de la vida que nos rodea; no olvidéis también que debéis hacer ejercicio, bien sea paseando por el campo o entregándoos a deportes, porque un Lince debe ser un hombre fuerte y vigoroso para velar mejor por la protección del planeta que le sustenta y le soporta.”

Malas artes pesqueras | Gustavo Duch y Miquel Ortega


Pescados contaminados en nuestras mesas y la población pesquera cada vez más diezmada. ¿En qué despachos, quién y cómo se gestionan estas calamidades? En el caso español hay muestras evidentes de que los representantes no actúan de la forma más adecuada. En el Parlamento Europeo en ocasiones se acusa a España de encubrir la pesca ilegal y fagocitar los recursos naturales; pero cuando los pescadores protestan ante ellos por la grave situación por la que están pasado, los representantes españoles explican que en Bruselas nadie les entiende ni les respeta.

Tanto se lamentan que ciertamente pareciera que su trabajo está boicoteado o ninguneado. Sin embargo, entre mayo y junio de 2011 la Comisión Europea presentó tres informes demoledores para la gestión pesquera española.

El primero de ellos, el Informe anual económico de la flota europea de 2010, trata de evaluar la situación de la flota y su posible evolución para tomar las medidas adecuadas. Lamentablemente en él se denuncia que no puede evaluar la situación económica y perspectivas de España, pues los responsables de la Administración española no habían aportado ningún dato del año 2008 y sólo algunos parciales para el periodo 2002-2007. Con la información facilitada, los expertos simplemente fueron incapaces de dibujar cuál es el escenario actual y las perspectiva futuras.

El segundo de ellos, el Informe sobre las actividades realizadas por los Estados Miembros para conseguir un equilibrio sostenible entre la capacidad pesquera y las oportunidades pesqueras, trata de seguir, probablemente, el aspecto más importante para garantizar la viabilidad económica de la flota, su adaptación a los recursos pesqueros existentes. En él se hacía una evaluación cuantitativa de la calidad y cantidad de información facilitada a los servicios de evaluación y seguimiento de la Unión Europea para cada país. España era el país peor valorado en ambos aspectos.

El tercero de ellos, el informe sobre la Aplicación del programa de recuperación de la merluza europea y la cigala, trata de evaluar si se estaban aplicando correctamente los planes diseñados para gestionar ambas especies. En los dos casos España tiene un rol principal, pues dispone del 64% de la cuota de merluza y del 41% de la de cigala. El informe apunta a que posiblemente no existe un control adecuado de los desembarques, y que probablemente hay un desajuste entre la potencia del motor de las embarcaciones registrada y la real. Ambos aspectos favorecen los desastrosos resultados que indican que las capturas de ambas especies han sido 2,4 y 2,8 veces superiores a las toneladas permitidas. En términos económicos la Comisión no deja lugar a dudas, el incumplimiento ha salido caro y saldrá muy caro: “la aplicación plena del programa de recuperación desde 2006 habría incrementado los beneficios netos actuales para todo el periodo”. Pero en cambio, ahora España, sin duda, será penalizada en la cuota correspondiente en los próximos años, con consecuencias dramáticas para la pesca artesanal, que tiene en algunos segmentos una dependencia muy alta de la merluza.

Si los exámenes en Bruselas tienen tan malos resultados, cuanto menos tan alarmante es la reciente información facilitada por la organización Oceana, donde demuestra que el Gobierno ha ocultado, durante siete años, un informe que, bajo la etiqueta de confidencial, advierte sobre los altos niveles de contaminación de algunos tiburones como el pez espada, el marrajo o la tintorera. Ha sido necesario acudir a los tribunales para disponer de un informe contratado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, pagado con recursos públicos y elaborado por el Instituto Español de Oceanografía, otra institución pública.

Y ahora, en pleno debate de la reforma de la Política Pesquera Común, las primeras propuestas de los representantes, desde nuestro punto de vista, van totalmente desencaminadas, defendiendo que es imposible hacer una buena política socio-económica si se prioriza la gestión ambiental. Por ello, desde muchas organizaciones sociales, agrupaciones pesqueras y organizaciones ecologistas se traslada la necesidad de una reacción rápida y contundente por parte de la Administración pública. Empezar aseando nuestro patio es el primer paso para ganar credibilidad y sumarse a posturas que apuntan a un modelo de pesca con futuro, es decir, que premie a las flotas más selectivas, con menos impactos ambientales, que más distribuyan la riqueza; que no privatice los recursos pesqueros; que priorice la pesca artesanal sostenible; que acabe con el incumplimiento legislativo; y que no se pesque más allá de los niveles que garantizan el máximo rendimiento sostenible.  ¿Sabremos hacerlo? Nos va en ello el prestigio, el ecosistema marino y el sistema socioeconómico pesquero.

Sol y sombras | Guadalupe Fernández de la Cuesta


Se estrena el verano con ganas de apuntar las temperaturas por todo lo alto. Nos ha sorprendido de puntillas: con la lumbre a medio apagar y los cuerpos abrigados al relente de la tarde. El sol cae en las horas del mediodía sin un resquicio de sombra, y a nosotros, los del frío en la sierra, nos sale la queja y el sudor en el mismo instante que abrimos las puertas de las casas y echamos un pie a la calle.
Puede ser un milagro, y de hecho lo es, que un haya te cobije en parajes próximos a ríos o arroyos con rumores de agua cantarina cuando el calor alcanza su cenit. Y aún más: que mojes los pies descalzos chapándote en la corriente envueltos en aros de mojadura helada y salpicaduras en la piel. Y puede ser la misma gloria, si bajo la sombra densa y umbrosa, mil veces cantadas por los poetas, se enredan entre las manos las páginas de un libro, que no has podido olvidar por esa complicidad mutua del autor que te atrapa en su historia y el lector que se ha dejado seducir. Y olvidas el tiempo, los quehaceres, las preocupaciones. Y entregas la imaginación en cada frase con toda la sensualidad, como un amante. Y te pierdes por los vericuetos de las otras vidas contadas en otros tiempos y en otros parajes. Es la soledad sonora de Antonio Gala. Es la exaltación del goce de los sentidos. Es el paroxismo de las emociones del alma. En el verano los pueblos despiertan de su letargo atraídos por la llegada de los veraneantes. La vecindad holgada por entre casas de postigos cerrados cose ahora sus voces en las paredes colindantes y enredan la plática desde las puertas abiertas. Son las personas mayores que cobijan los inviernos fuera de la nieve y los hielos los primeros en regresar a sus casas de siempre, aquellas donde iniciaron un proyecto de vida, criaron a los hijos y sintieron el primer estremecimiento de su ausencia cuando salieron del pueblo para estudiar o encontrar un trabajo: pequeñas soledades unidas en la pirámide del éxodo hasta coronar el vértice de la diáspora, de la despoblación.

El calor cobija el aliento de las vacaciones. Los niños van llegando en sucesivas remesas a las casas de los abuelos y pueblan las calles de voces y juegos. En el aire se dibujan vidas futuras que saben de libertad, de naturaleza, de animales, de atardeceres de fuego, de cielos estrellados, de arcoiris imponentes… que saben pintar gallinas, burros, vacas, huertos, ríos, pinos… que olvidan por un tiempo el asfalto, los coches, la contaminación…, y que son felices. Cae la tarde. El paisaje languidece y se perfilan en negro las cumbres de las montañas. Las huellas de mis sueños no son menos reales que las de mis palabras.

Esta crisis económica tan brutal que estamos padeciendo obliga a un cambio de estrategia en el mapa económico. La gente erudita, nuestros dirigentes políticos y demás fuerzas vivas han de sustituir un “mercadeo” a todas luces agonizante por otras propuestas de progreso. ¿No tendremos algo qué decir los pueblos sobre el desarrollo rural? ¿Es terreno baldío tanta riqueza en los montes? ¿Nos tienen en cuenta o sólo se acuerdan de nosotros para reducir el número de ayuntamientos por un populismo espurio? Con todas las premisas expuestas es muy fácil construir un silogismo: Ahí va: primera proposición: los pueblos ofrecen a los ciudadanos una vida más saludable sobre todo para los niños; segunda proposición: los pueblos pueden ser un potencial económico de futuro. Conclusión: Los pueblos deben ser lugares de inmigración progresiva. ¡Qué vivan los pueblos!