Matrimonios dudosos | Gustavo Duch

Como si fuera un matrimonio –de conveniencia–, durante estas semanas la Unión Europea y Marruecos tienen prevista la renovación de sus votos, o no. En concreto, se está dilucidando en mesas separadas si se mantienen los acuerdos pesqueros y agrícolas que tantas repercusiones tienen sobre los sectores rurales de Marruecos, del Sáhara Occidental y de algunos países europeos, fundamentalmente España.

Por un lado, a finales de mes finaliza el acuerdo vigente en pesca que permite a 119 licencias de pesca de barcos europeos faenar en las aguas de Marruecos. De entre ellas, cien le corresponden a la flota española. Europa, paga –pagamos– 36,1 millones de euros para que los buques puedan pescar en esos caladeros, incluyendo las aguas territoriales del Sáhara Occidental. Las últimas informaciones explican que la Comisión Europea ha propuesto formalmente prorrogar el acuerdo de pesca por un año, tiempo necesario para evaluar y analizar sus consecuencias. Ahora queda la ratificación de los 27 estados miembros y la del Parlamento Europeo para que un convenio más que dudoso continúe o no vigente.

Y digo dudoso porque son muchas las voces que apuntan hacia su ilegalidad. De entre todas las voces que lo cuestionan destaca el informe legal del propio Parlamento Europeo que determinó hace más de un año que el acuerdo vigente no respetaba el derecho internacional, porque la población saharaui, de cuyas aguas se extraen muchas riquezas, no se beneficiaba del mismo. Lo mismo expresan, lógicamente, los representantes del Frente Polisario ante la Unión Europea. Si existen dudas que atentan contra el derecho de un pueblo, y de una población muy empobrecida y castigada, ¿no tenemos otra postura que seguir por la senda de las incógnitas? Si el Parlamento está en lo cierto, me parecería más sensato paralizar el acuerdo mientras se analizan todas sus repercusiones, y no al revés.

Lo contrario ha sucedido con la revisión del acuerdo agrícola entre Marruecos y la Unión Europea que, a grandes rasgos, consiste en el aumento de la liberalización del comercio para que los productos agroalimentarios puedan fluir con más facilidad entre las dos regiones. La comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo decidió el pasado 8 de febrero atrasar los trámites para la ratificación de un nuevo marco, por considerar que Bruselas debe aclarar antes las dudas jurídicas que despierta el acuerdo sobre los territorios del Sáhara Occidental, si –como en el caso de la pesca– tanta liberalización comercial beneficia realmente a la población local y si esos son los intereses reales de la población del Sáhara Occidental.

En el caso de la agricultura, además del conflicto legal con las tierras saharauis –donde desde 1989 ya hay firmas extranjeras, como la francesa Azura, cultivando tomates bajo plástico que se comercializan en la Unión Europea–, los propios estudios de impacto elaborados por la Comisión Europea advierten de que más liberalización comercial en el área Euromediterránea tendrá unos grandes perdedores. En Europa, y especialmente las regiones del Sur especializadas en la producción de frutas y hortalizas, no podrán afrontar la competencia de los vecinos del Mediterráneo, y la ya mermada población agraria sufrirá un nuevo envite. Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya ya ha hecho sus primeras estimaciones: “Los aranceles, por ejemplo, se reducirán un 30% en cítricos y la naranja de Marruecos tendrá un precio de entrada de 0,264 euros/kg, cuando el coste de producción del catalán es de 0,514 euros/kg”.

Por otra parte, en su especialización en estos productos para la exportación, países como Marruecos irán perdiendo su propia soberanía alimentaria ante el abandono progresivo de sus propias producciones, con lo que supone de vulnerabilidad frente al vaivén de los mercados, como hemos podido comprobar en las recientes crisis de Túnez y Egipto. Y de nuevo, tampoco estos acuerdos liberalizadores beneficiarán a la población campesina local. El falso mito de la exportación como fuente de riqueza se volverá a evidenciar. Marruecos ya exporta a Europa, pero no lo hacen los pequeños campesinos sino los hacendados, inversores y exportadores –tanto magrebíes como europeos– con modelos industrializados que abaratan costes a base de reducir puestos de trabajo, disponer de mano de obra en condiciones de miseria, con sobreexplotación de los recursos hídricos y sin respetar medidas medioambientales suficientes para garantizar la sostenibilidad del suelo. El 20% de la superficie fértil marroquí ya está orientada al cultivo industrial para la exportación, y en la medida que se fomente, como ya se está haciendo a través del Plan Marruecos Verde, supondrá más beneficios para sus dueños: miembros de la familia real, empresarios locales y compañías españolas y europeas que han deslocalizado sus producciones (por ejemplo, el 80% de la exportación fresera marroquí está en manos de empresarios españoles). Esto reducirá las oportunidades del gran número de pequeños agricultores y agricultoras que han garantizado hasta la fecha la seguridad
alimentaria de la población local.

Dice Abdellatif Laâbi que “Marruecos está gestionado como una multinacional cuya finalidad es el enriquecimiento ilimitado de sus principales accionistas (…)”. Si la sociedad civil, la que no se beneficia de estos negocios, sale a la calle como sus países vecinos, ¿qué argumentos manejará el Gobierno de España, desposado con esta multinacional?

La historia de 1.000 euros | Gustavo Duch

Tenía todo el proyecto de la nueva quesería a punto, tan sólo me faltaban comprar algunos utensilios pero ya no me alcanzaban mis ahorros agotados. Los últimos años habían sido pésimos para mi pequeña explotación de vacuno. En nuestra zona dos grandes marcas controlan toda la compra de leche y marcan unos precios cada vez más bajos. La subida de precios de los cereales para el pienso, me remató. Cuanto más producía, más perdía.

Pensé que siendo un emprendimiento que generaría al menos un par de puestos de trabajo, la administración me apoyaría. En el Departamento de Agricultura al que solicité una ayuda de mil euros, me dijeron que «no, nos quedan fondos para esto. Con los recortes, el presupuesto de subvenciones se ha volatilizado». El técnico irónico resolvió que «seguramente, esos fondos estarán reflotando algún banco».

Bien, pues si el dinero voló hacia algún banco, me dirigí a algunos de ellos. Quizás, esos mil euros recién llegados, estarían disponibles. Pero no, me dijeron en varias sucursales, «no tenemos liquidez, y no podemos arriesgarnos a proyectos como el suyo».

Volviendo a casa no podía dejar de preguntarme, entonces ¿qué hacen los bancos con todo lo que se les entrega para sanearles? ¿A qué lo dedican? Pensé en los salarios de los directivos, pero tenían que existir otros destinos.  Así que al día siguiente visité otras sucursales bancarias con otra estrategia y les consulté sobre mil euros que tenía ahorrados. ¿Dónde los podía invertir?

Tuve varias propuestas. En la primera entidad me ofrecieron un fondo de inversión ligado a la agroindustria, de forma que invertiría en alguna de las mejores empresas agroalimentarias del sector que –seguro- cotizarán a la alza. En la segunda me presentaron un fondo ligado a los cereales. «Es un buen momento, con las sequías y el aumento de la demanda, el precio del grano está subiendo como la espuma», comentó el empleado.

Entendí muchas cosas: mil euros de los fondos públicos que podrían reactivar economías locales, son mil euros para aumentar el poder de las agroindustrias que, colosos del monopolio, me estrangulan; o son fondos especulativos que me arruinan aumentado mis costes de producción.

NOTA: Ayer recibí una comunicación del Departamento de Agricultura. Tengo que pagar una sanción por haber vendido leche directamente a clientes sin todos los permisos. Importe a pagar: mil euros.

Los unos | Gustavo Duch

Las tienen de todos los tipos: de combinación manual, ignífugas, de apertura retrasada… Son los más acreditados coleccionistas de cajas de caudales, y las custodian repletas.

Viven muy ocupados así que sus labores se las encomiendan a otras personas. Criados  mestizos, vira latas o mil-leches les pasean sus mascotas, genes purasangres a cuatro patas.

Para Navidad regalan a sus hijos vídeos de Mr. Scrooge, cómics del Tío Gilito y camisetas estampadas con el retrato del Sr. Burns.

Aprendieron sus malas artes en la escuela de prestidigitación: esconden, sin tocarlas y sin necesidad de guantes blancos, toneladas de grano en almacenes secretos. La escasez en los mercados disparará los precios y ellos, a paletadas, recogerán beneficios. Se sabe pero no se dice.

Su profesión oficial es la recaudación de ahorros personales y planes de pensiones o de jubilación. Cambian todas esas monedas por cosechas de soja, trigo o maíz aún sin sembrar y antes de que broten ya las habrán vendido con pingues beneficios. Para ellos.

Ya se cansaron de sus mansiones, yates con piscinas y jets privados. Él último grito entre los de sus especie es la compra de fincas agrícolas, grandes como países. Con ellas cosecharan nuevos éxitos en su mundo de negocios, y ganarán reputación y –de nuevo- muchos dividendos.

Gentes elegantes instaladas en Palacios de Gobierno, les ríen las gracias y les dejan hacer.

Andan sueltos, son los especuladores.

Por el mar corren las liebres, por el monte la sardinas | Gustavo Duch

Para Ramón

Menudo problema. En su tarea cotidiana le corresponde día sí y día también hablar en público. Conferencias, discursos, debates, coloquios…. y siempre que tiene que decir dos palabras –una detrás de la otra- los ojos se le aceleran, el corazón le da una gran sacudida y la voz se le enmaraña. ¿Cómo hace entonces para no perder la compostura cada vez que dice ‘comunidades campesinas’? Pues nada hace, no hace nada, porque nada hay que deshacer.

Ese compromiso por el mundo rural le deparó una sorpresa y desde hace unos años, su labor es, desde los despachos gubernamentales, coordinar las políticas al respecto en su país. Una directriz debe orientar todas las decisiones. Otra vez dos palabras, una detrás de la otra y sin desordenar: ‘Soberanía Alimentaria’.

Los países vecinos, y los lejanos; los movimientos campesinos de allí, y de acá; los agentes de cooperación,… están bien atentos a los pasos que dan. En esto, como en otros asuntos, sus políticas son pioneras. Doctor -le preguntan- ¿y cómo se alcanza eso de la Soberanía Alimentaria? Y les habla de reforma agraria, de leyes, de participación campesina, de tecnología apropiada,… buff, todo ello clave, fundamental y muy costoso. Con contradicciones y contratiempos.

Aunque también hay pequeños logros. Cuenta que a los primeros días en el cargo fue a visitar una escuela pública rural cerca de la costa. A la hora de la comida vio como servían a las niñas y niños macarrones importados de España y pescado importado de Portugal. Así que sentó a sus colaboradores y les presentó una primera idea: la comida que el Estado compra para las escuelas debía de ser nacional. Unos meses después viajó hacia la Sierra, a más de 2.500 metros de altura, y aprovechó para visitar la escuela del pueblo. A la hora del desayuno sirvieron sardinas de lata. Que sí, que eran del país, pero a las niñas y niños de las montañas ni les gustaban, ni les sentaban bien. De regreso a la capital volvió a reunir a su equipo y fue más concreto: la comida que el Estado compra para las escuelas, que se compre a las propias familias de los niños y niñas.

Y ahí tenemos una sencilla fórmula para garantizar una alimentación apropiada cultural y nutritivamente, a la vez que generar ingresos para la clase campesina.  Con papas, maíz, quínoa…

El bosque Escuela, otra forma de enseñanza | Fundación Félix Rodríguez de la Fuente


Desde la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (FFRF) creemos, tal y como lo hacía el propio Félix, que para acometer nuestra misión de ‘concienciar al público para que se implique en generar un cambio que mejore y enriquezca la vida del hombre, en el sentido más profundo de la palabra, y la del entorno que lo sustenta’, debíamos dirigir parte de nuestra labor a la infancia.

 Félix siempre se remitió a su infancia -libre y montaraz en el entorno agreste de su pueblo burgalés- como la que modeló su espíritu inquieto y curioso y su amor por la naturaleza. Él mismo fundó y dirigió los campamentos infantiles del Club de Linces para dar a niños y niñas la oportunidad de vivir inmersos en la naturaleza durante el verano. Aquella experiencia innovadora dio lugar a toda una cantera de niños y jóvenes que hoy dedican sus vidas a la conservación, divulgación y estudio de la naturaleza.

Es innegable que en nuestros primeros años de vida se forjan valores, aptitudes y dotes que determinan nuestra personalidad adulta. En este sentido, la Fundación ha encontrado en este proyecto educativo una oportunidad para que la infancia de hoy potencie sus aptitudes intrínsecas y aspectos tan importantes como un sentido innato de pertenencia y respeto a la naturaleza, indispensables para contribuir a una nueva conciencia de armonía entre el hombre y la tierra. Este proyecto pedagógico supone traer a España una metodología seria y de gran rigor que ha sido objeto de varios estudios en cuanto a los beneficios que aporta a niños y niñas en su desarrollo global.

Objetivo del proyecto
La FFRF pretende implementar un proyecto innovador de educación preescolar, homologable en España, basado en el concepto de escuelas infantiles al aire libre que se han asentado con gran éxito en el norte de Europa y otros países, para promover un nuevo enfoque educativo integral para niños y niñas de entre 3 y 6 años de edad.

Conocer más sobre las Bosque-Escuelas
Si quieres conocer más sobre esta iniciativa educacional te invitamos a asistir a la charla impartida por Philip Bruchner que se celebra el día 11/02/2011 a las 18.00 h. en la Casa de Cultura de Collado Mediano. Plaza Mayor, s/n Collado Mediano (Madrid)

Año Internacional de los Bosques | Guadalupe Fernández de la Cuesta


El frío hace tiritar a las ramas cuando siembro mis palabras en el silencio espeso e impenetrable del pinar. Estos mensajes del sentimiento se desvanecen por entre densas sombras esquivas al sol de invierno. Una filigrana de colores umbrosos dibuja paisajes de encantamiento en los perfiles de los troncos. La savia, entumecida y somnolienta, acecha la alborada de la próxima estación para la danza con la primavera. Los musgos, líquenes y muérdagos son los duendes que someten al bosque a sus poderes mágicos y absolutamente prodigiosos.

Qué es, sino prodigio, que las ramas de los pinos, endiosadas y heroicas, perforen los cielos emergiendo desde la tierra desnuda y débil donde asientan sus torpes raíces. Qué es el rumor del pinar cuando el viento ondula las ramas y un arroyo cantarín culebrea de plata el fondo del valle. Qué son las hayas y robles escribiendo en negro sus figuras esqueléticas sobre el blanco de la nieve. Qué son las montañas de cumbres blancas y laderas empolvadas… ¡Puro sortilegio! ¡Pura hechicería!

Estas son mis quimeras. La realidad percibida a través de los cinco sentidos lleva otros canales de comunicación diferentes a la semántica de las palabras. Una carretera endémica acarrea la vida a unos pueblos agazapados y envejecidos que mantienen con esfuerzo el calor de los hogares. No se escucha el griterío de los niños ni se dibujan en las calles el deambular de los jóvenes. Sólo callejean los susurros de gente mayor que se guarda del frío en sus casas o en los centros de mayores. El silencio dibuja una fisonomía llena de ausencias y de recuerdos. Esta dicotomía me lleva al absurdo: mientras el pinar muerde terrenos baldíos con cierto empuje, los pueblos se desangran. La exuberancia frente a la poquedad. Es un asunto kafkiano para los pueblos de pinares.

La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó en diciembre de 2006 una resolución por la que se declaraba el 2011 como Año Internacional de los Bosques debido a que… “son parte integrante del desarrollo sostenible del planeta” y… “por los beneficios económicos, socioculturales y ambientales que proporciona”…”Con este fin se promoverá la acción internacional en pos de la ordenación sostenible, la conservación y el desarrollo de todo tipo de bosques”…

¿Y cuáles son las estrategias que han de conducir a la obtención de tantos beneficios anunciados? ¿Es la protección de los bosques sinónimo de prohibición de cualquier actividad remunerativa? ¿Se puede estimular la instauración de servicios de hostelería y comunicaciones para un turismo de vanguardia ahíto de playa, sol y tour operadores? ¿Se dan facilidades operativas a los que tienen alguna iniciativa de progreso? ¿Existe, por ejemplo, alguna iniciativa de desarrollo en el Parque Natural de las Lagunas de Neila?

Raya el sol las cumbres y un cielo de bronce tiñe al atardecer las copas de los pinos. En el “bajo pinar” lorquiano se esconden, además de sus palomas heridas, todo el tapiz vegetal mudo y silencioso con una coreografía de arbustos, chopos y hayas al acecho del estallido primaveral y de la conexión de neuronas inteligentes en los humanos. Las voluntades débiles se traducen en discursos y buenas palabras; las fuertes y decididas se convierten en actos.

El pinar al viento/ vasto y negro ondula/ y mece mi pena/ con canción de cuna/. Pinos calmos y graves/ como un pensamiento/ dormidme la pena/ dormirme el recuerdo/” Gabriela Mistral.

Memoria para vivir - Gustavo Duch

Para vivir, hago memoria, todos nosotros, hombres y mujeres, dependemos del aire y su oxígeno que los glóbulos rojos transportarán y distribuirán a todos los recovecos de nuestro cuerpo. Del agua para hidratarnos, saciar nuestra sed y refrescarnos del calor. De las especies que nos rodean para mantener en equilibrio a la vida y al planeta, y proveernos de alimentos, leña, remedios naturales, vestido. De los rincones y paisajes que la naturaleza ofrece para maravillarnos de su belleza y sorprendernos –energía del alma– con una luciérnaga capaz, ella sola, de alumbrar toda una habitación o de un higuera brotando de la pura piedra… Del mar que en su inmensidad es la cuna donde nació la vida y mantiene –receloso– los secretos de la existencia futura.

Para ser, hago memoria, debemos honrar a nuestros antepasados, que protegieron la naturaleza para ofrecérnosla como legado donde se realizan nuestros sueños; y porque es la única manera de que podamos legar a los hombres y mujeres, hijos nuestros, un escenario en el cual cumplir los suyos.

Pero desde el 20 de abril del 2010 un estallido en la plataforma Deepwater Horizon de British Petroleum (BP) ocasionó un terrible vertido de petróleo en aguas marinas, el mayor de la historia: 5 millones de barriles de crudo rebosando por el mar, además de la muerte de 11 trabajadores.

La naturaleza que nos deja ser y nos deja vivir quedó herida. Muchos animales y plantas perecieron entonces envenenados, otros van muriendo cuando el petróleo no recogido los alcanza. Quienes ingieren este petróleo sufren dolores en el tracto intestinal y enajenaciones mortales por su infiltración en el cerebro. Los delfines, ballenas y cachalotes en ese nuevo mar viscoso navegan desorientados y acaban asfixiados cerca de las costas. Cinco de las siete especies de tortugas marinas existentes en el mundo están amenazadas de extinción, incluyendo la única tortuga marina vegetariana existente. El atún rojo, casi agotado de tanto sushi, es otra especie marina devastada por el derrame pues el Golfo de México es uno de los más importantes viveros de atún rojo en el mundo. En las zonas del derrame miles de gaviotas, pelícanos pardos y alcatraces untados de negro dejaron de volar. 

El chorlito y la majestuosa garza blanca, que tienen costumbre de anidar y reproducirse en esta zona, con las plumas engrasadas no pueden regular la temperatura y mueren de frío, o mueren de calor. El crudo se infiltró, como un contraste radiográfico, por las venas y arterias de los arrecifes coralinos dejando sus tejidos enfermos por muchos años: un hogar deteriorado para más de 300 especies de peces inquilinos. Al llegar la mancha negra a los bosques de manglares su densidad emboza el drenaje natural con el mar y, consecuentemente la muerte de su vegetación.

Los árboles más recios, más viejos, más fuertes resisten pero infectados de petróleo dejan de producir hojas y la curación completa del manglar deberá esperar varias décadas. Si no ocurren nuevos derrames. Los pastos marinos y remansos de algas donde abundan millones de microorganismos marinos, la base de la cadena alimentaria, también quedaron afectados, y con ellos quien come plancton y quien come al que come plancton, y así sucesivamente hasta los grandes depredadores marinos.

Accidentes lógicos en un modelo de sociedad dependiente del crecimiento sin fin, de la sobrexplotación de la naturaleza y del despojo a gentes ajenas que son días, meses o años perdidos del futuro, gastados antes de disfrutarlos, acabados antes de estrenados.

Conscientes de esto, un grupo de ciudadanos y ciudadanas del mundo han presentado una demanda contra BP no por los daños o perjuicios ocasionados hacia las personas (que los hay, y ya hay quien gestiona estas demandas) sino por atentado contra un sujeto vulnerado en sus derechos básicos: la naturaleza. Y dado que el sistema internacional de derechos, muy atrasado en este sentido, no reconoce a la naturaleza como sujeto –y apelando al principio de jurisdicción universal– toman como respaldo jurídico la Constitución ecuatoriana de 2008, que recoge, entre otros puntos, la obligación de garantizar los derechos de la naturaleza (artículo 277); proteger a la naturaleza frente a los efectos negativos de los desastres en el capítulo de Gestión de riesgos (artículo 389); establecer mecanismos efectivos de prevención y control de la contaminación ambiental, de recuperación de espacios naturales degradados y de manejo sustentable de los recursos naturales (artículo 397-2); dictamina como derechos de la naturaleza el respeto integral a su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos (artículo 71), y reconoce al agua como un elemento vital para la naturaleza (artículo 318).

Una iniciativa valiente que apela a una nueva justicia en favor de la naturaleza (no sumisa a las trasnacionales, ni al poder económico o simplonamente antropocéntrica) para que otro mundo sea posible.