Año Internacional de los Bosques | Guadalupe Fernández de la Cuesta


El frío hace tiritar a las ramas cuando siembro mis palabras en el silencio espeso e impenetrable del pinar. Estos mensajes del sentimiento se desvanecen por entre densas sombras esquivas al sol de invierno. Una filigrana de colores umbrosos dibuja paisajes de encantamiento en los perfiles de los troncos. La savia, entumecida y somnolienta, acecha la alborada de la próxima estación para la danza con la primavera. Los musgos, líquenes y muérdagos son los duendes que someten al bosque a sus poderes mágicos y absolutamente prodigiosos.

Qué es, sino prodigio, que las ramas de los pinos, endiosadas y heroicas, perforen los cielos emergiendo desde la tierra desnuda y débil donde asientan sus torpes raíces. Qué es el rumor del pinar cuando el viento ondula las ramas y un arroyo cantarín culebrea de plata el fondo del valle. Qué son las hayas y robles escribiendo en negro sus figuras esqueléticas sobre el blanco de la nieve. Qué son las montañas de cumbres blancas y laderas empolvadas… ¡Puro sortilegio! ¡Pura hechicería!

Estas son mis quimeras. La realidad percibida a través de los cinco sentidos lleva otros canales de comunicación diferentes a la semántica de las palabras. Una carretera endémica acarrea la vida a unos pueblos agazapados y envejecidos que mantienen con esfuerzo el calor de los hogares. No se escucha el griterío de los niños ni se dibujan en las calles el deambular de los jóvenes. Sólo callejean los susurros de gente mayor que se guarda del frío en sus casas o en los centros de mayores. El silencio dibuja una fisonomía llena de ausencias y de recuerdos. Esta dicotomía me lleva al absurdo: mientras el pinar muerde terrenos baldíos con cierto empuje, los pueblos se desangran. La exuberancia frente a la poquedad. Es un asunto kafkiano para los pueblos de pinares.

La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó en diciembre de 2006 una resolución por la que se declaraba el 2011 como Año Internacional de los Bosques debido a que… “son parte integrante del desarrollo sostenible del planeta” y… “por los beneficios económicos, socioculturales y ambientales que proporciona”…”Con este fin se promoverá la acción internacional en pos de la ordenación sostenible, la conservación y el desarrollo de todo tipo de bosques”…

¿Y cuáles son las estrategias que han de conducir a la obtención de tantos beneficios anunciados? ¿Es la protección de los bosques sinónimo de prohibición de cualquier actividad remunerativa? ¿Se puede estimular la instauración de servicios de hostelería y comunicaciones para un turismo de vanguardia ahíto de playa, sol y tour operadores? ¿Se dan facilidades operativas a los que tienen alguna iniciativa de progreso? ¿Existe, por ejemplo, alguna iniciativa de desarrollo en el Parque Natural de las Lagunas de Neila?

Raya el sol las cumbres y un cielo de bronce tiñe al atardecer las copas de los pinos. En el “bajo pinar” lorquiano se esconden, además de sus palomas heridas, todo el tapiz vegetal mudo y silencioso con una coreografía de arbustos, chopos y hayas al acecho del estallido primaveral y de la conexión de neuronas inteligentes en los humanos. Las voluntades débiles se traducen en discursos y buenas palabras; las fuertes y decididas se convierten en actos.

El pinar al viento/ vasto y negro ondula/ y mece mi pena/ con canción de cuna/. Pinos calmos y graves/ como un pensamiento/ dormidme la pena/ dormirme el recuerdo/” Gabriela Mistral.

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