La trashumancia acabará con la crisis ganadera | César-Javier Palacios

La ganadería está en crisis. El número de ganaderos en activo no deja de descender año tras año. Profesión con graves problemas de relevo generacional, donde son mayoría los trabajadores con más de 50 años, quien se jubila no puede ceder el testigo a un joven pues son muy pocos los que quieren seguir apostando por una profesión tan incierta, dura y sacrificada. No es un problema de falta de modernización de las explotaciones; precisamente, los que más han invertido en sus granjas son ahora quienes más problemas económicos sufren. Porque además de todo lo anterior, el precio de la leche y la carne no deja de descender, mientras el del pienso y los forrajes continúa con su disparatado ascenso estrangulando el futuro de miles de hombres y mujeres del campo.

Primero fue la industria siderúrgica, después la naval, más tarde la minería, luego la pesca y ahora todo apunta a la aplicación de una dura reconversión oculta en el sector agroganadero. El campo se está muriendo y con él no sólo desaparece nuestra independencia alimentaria, sino también una cultura milenaria, la nuestra, y un paisaje heredado tras miles de años de equilibrios y desequilibrios con la naturaleza.

Por todo ello resulta sorprendente saber que, hoy por hoy, el futuro no está en lograr una mayor modernización del sector, sino todo lo contrario, en volver a los modelos tradicionales de explotación. Por ejemplo, a la trashumancia.

El manejo de grandes rebaños entre los pastos invernales del sur y los estivales del norte permite el aprovechamiento sostenible de amplias extensiones del territorio condenadas al abandono. Fija a la población en los pueblos, al rentabilizar la actividad, ayudando al mantenimiento de paisajes únicos como los pastizales de alta montaña o las dehesas. Puede además reforzar la oferta de turismo rural y ofrece unos productos de calidad y alta rentabilidad. Pero aún hay más. Al basarse en el consumo de pastos naturales, se evita la importación de cereales y piensos, que de esta forma podrán ser utilizados en otras regiones del planeta más necesitadas de ellos. Y mejoramos la biodiversidad, pues cada mil ovejas o cien vacas aportan diariamente al terreno por el que transitan más de tres toneladas de nutritivo estiércol con unos cinco millones de semillas en su interior, además de alimentar involuntariamente a una inmensa cohorte de fauna amenazada, desde grandes buitres hasta delicadas mariposas.

Contamos para ello con una infraestructura ganadera única en el mundo: la red nacional de vías pecuarias. Más de 125.000 kilómetros de caminos, cordeles y cañadas específicamente desarrollados ya desde los tiempos de la Mesta, hace ahora ocho siglos, pero seguramente desde mucho tiempo antes, desde que el hombre neolítico aprendió a manejar las grandes manadas de rumiantes salvajes, en permanente movimiento trashumante por toda la Península Ibérica.

Cómo no se nos había ocurrido antes. La solución a tantos problemas la tenían nuestros abuelos. Tan sólo consiste en hacer lo que siempre hemos hecho, una actividad sabiamente testeada durante siglos: la ganadería extensiva.

Nos acusarán | Gustavo Duch

 

Andamos cual topos bajo la tierra, ciegos sin saber qué se vierte sobre nosotros. Y como los sombrereros artesanales que inspiraron a Lewis Carroll, aturdidos por la intoxicación crónica de mercurio que inhalaban en su trajín, muchas personas del Planeta somos víctimas de contaminaciones invisibles.

Merçe me informó que, por fin, una sala comercial de Barcelona, proyectaba el documental francés, ’Nuestros hijos (e hijas) nos acusarán’.  En los primeros fotogramas el Dr. John Peterson Myers pregunta  a los participantes de la sala de la UNESCO que les acoge, ¿quiénes de ustedes tienen familiares o amistades cercanas con cáncer, o qué hayan tenido cáncer? ¿Y diabetes? ¿E infertilidad? Finalmente les pide a aquellos que han levantado la mano alguna vez, que la vuelvan a levantar. El conjunto, cerca de la totalidad, es una muestra de la proporción actual de personas que en nuestro planeta sufren enfermedades que la ciencia cree vinculadas a factores medioambientales.

En Europa, según el documental, el 40% de los casos de cáncer tienen su origen en los tóxicos que ingerimos vía nuestra alimentación. En Francia, el número de hombres con cáncer se incrementó en más de un 90% en los últimos 25 años. La OMS en 1995 presentó un estudio donde estimaban -reconociendo que podía ser muchos más- que cada año 3 millones de personas (mayoritariamente agricultores, agricultoras y sus familias) resultan envenenadas por pesticidas agrícolas.

Pero la agricultura industrial con su paquete agrotóxico va infectando más terreno. Seguramente por eso Myers dice que la actual generación de niñas y niños será la primera de la historia moderna que tendrá peor salud que la de sus progenitores.

Hay evidencias, no esperemos más pruebas. La política,  y sus intereses dicen: “Sigan la corriente. Sigan al Conejo Blanco”. Engañan con su Mundo de las Maravillas. Fingen que todo está perfecto.

Merçe no puedo acompañarme al cine, imposible. Sufre Sensibilidad Química Múltiple.  Como miles de otras personas que después de una exposición aguda o crónica a plaguicidas, disolventes, barnices, u otros productos químicos, pierden su protección frente a cualquier nueva agresión tóxica. No es un sueño del que pueden, ¡oh  Alicia!, despertar.

La FAO en el 2007 corroboró lo ya sabido: que el mundo puede alimentarse sin agricultura química. Entonces cuidemos la tierra y sanaremos a la humanidad.

Gustavo Duch
Galicia Hoxe 

Ponga una gallina en su vida | César-Javier Palacios

No sé si será la crisis o la preocupación por comer sano, ambas cosas a la vez e incluso una tercera posibilidad, la necesidad de mantener un mínimo vínculo de unión entre nuestra vida urbana y el no tan lejano mundo rural. Tras la aparición de las primeras macetas con hierbas aromáticas y posteriormente de los pequeños huertos en terrazas, nuestra sociedad está dando el gran salto hacia las gallinas. Poco exigentes y muy productivas, estas aves son las recicladoras perfectas de los desechos orgánicos caseros, milagrosamente convertidos en espléndidos huevos que, como un regalo de la naturaleza, nos encontramos por las mañanas a la puerta de casa. Resulta sorprendente, pero cada vez con más frecuencia las gallinas se están convirtiendo en nuevas mascotas… que ponen huevos. Las puedes tener en un rincón del jardín, incluso en una terraza o azotea, te ayudan a la sostenibilidad medioambiental del hogar y te deparan el intenso placer gastronómico de degustar unos huevos fresquísimos y sanos como nunca antes los habías probado. Como complemento, con su estiércol natural nuestra huerta ecológica producirá más y mejor que nunca.

En realidad no resulta nada complicado hacerse con este nuevo animal de compañía tan beneficioso. Sin embargo, ya hay en España al menos dos empresas que ofrecen la posibilidad de conseguir por Internet el kit completo del criador de gallinas. Y como la experiencia, novedosa para muchos, puede ser más complicada de lo inicialmente previsto, ambas ofrecen un “servicio de alquiler de gallina con derecho a compra”, evitando así problemas de posibles abandonos de las nuevas mascotas en las calles.

En alquilaunagallina.com alquilar una gallina, con bebedero, jaula, paja y comida incluidos, sale por 63 euros al mes, 49,50 euros si lo haces a través de alquilogallinas.es. Pasado este plazo, el cliente tiene la opción de quedarse en propiedad el animal. Deberá entonces desembolsar unos 150 euros más, pero a cambio se queda con todo el equipamiento y recibe además una gallina extra. Aunque no necesitan gallo para poner huevos, el segundo animal doblará nuestra producción casera, mejorando la calidad de vida de la primera inquilina, a fin de cuentas animal social como nosotros.  Y ya puestos, podremos incrementar si queremos nuestra granja con mascotas tan poco habituales en las ciudades como pavos, cerdos vietnamitas o conejos. Para los niños no habrá mejor regalo.

Varios amigos míos ya tienen en los jardines de sus casas gallinas y hasta cabras. Cuando me invitan a cenar, esos huevos fritos, esa leche y ese queso son los manjares más fabulosos que pueden ofrecerme. La idea de copiarles me atrae muchísimo, aunque tengo un problema. Al viajar en avión ¿me dejarán llevar la gallina en una jaula como hago con los perros? En el caso de que eso sea posible, ya me veo este verano a más de uno paseando orgulloso su gallina por los aeropuertos de medio mundo.

César-Javier Palacios
Fundación Félix Rodríguez de la Fuente

La dehesa es el bosque culto ibérico | C.J. Palacios

Pocos paisajes forestales en el mundo tienen la inmensa riqueza natural y cultural de las dehesas ibéricas. Entre otras razones, por su maravillosa artificialidad natural.

Dicen los expertos que no se trata de un ecosistema exclusivo. Que es un ecosistema rural. Tienen razón desde el punto de vista botánico, pues en realidad no es sino el resultado artificial de un intenso manejo mixto del bosque mediterráneo realizado por el hombre durante miles de años. Pero qué manejo. Que se lo digan si les parece algo fabricado y prescindible a especies tan en peligro como el lince o el águila imperial, cuyas más importantes poblaciones sobreviven atrincheradas en este singular hábitat; pero que se lo digan también a otros animales como el toro o el cerdo ibérico, mantenedores de una población rural tan atrincherada como el más amenazado de los animales salvajes. Y es que no queda claro si la dehesa depende de los hombres y mujeres que trabajan en ella, o son ellos los que dependen de la extraordinaria riqueza extraída de esos encinares y alcornocales domesticados.

Su diversidad biológica, el carácter de refugio para especies amenazadas, el papel preponderante que desempeñan en territorios en donde apenas hay otras alternativas económicas, la producción de alimentos de gran valor añadido o el tremendo potencial para el desarrollo de la agricultura ecológica y el turismo rural constituyen algunos de sus valores más destacados.

Su importancia está fuera de toda duda. Por eso Andalucía aprobará próximamente una Ley de la Dehesa, marco regulador para asegurar su conservación y la viabilidad económica. Una normativa necesaria pues esta región atesora la mitad del total, 25 millones de hectáreas. Llega algo tarde, es verdad, pues Extremadura, la otra gran región mantenedora de este grandioso hábitat, tiene la suya desde 1986, pero llega, que es lo importante. Y todavía faltan normativas semejantes en el resto de las comunidades poseedoras de esta singular riqueza agroforestal como son Castilla-La Mancha, Castilla-León y la región portuguesa del Alentejo.

Porque la dehesa está amenazada. No sólo por el cambio climático y sus terribles plagas asociadas como la seca. Su mayor peligro es el despoblamiento rural, el abandono de las prácticas tradicionales debido a la crisis ganadera y a la falta de relevo generacional, la dureza de unas actividades cuyo sacrificado trabajo no se ve suficientemente recompensado con una mínima rentabilidad económica.

La dehesa es un sistema único en Europa de explotación sostenible de los recursos agroganaderos y forestales Un espacio singular donde durante generaciones han convivido en armonía la actividad agraria y forestal con la conservación del medio natural. Se trata pues de un paisaje cultural, y por lo tanto culto, fruto de una compleja intervención constante en el bosque sin la cual no existiría. Y este es su aspecto más interesante. Si desaparece su manejo tradicional la dehesa desaparece, no hay alternativa. O se abandona y el bosque recupera poco a poco el terreno perdido, o los árboles desaparecen y entonces dejarán paso a las falsas estepas, a nuestros desiertos agrarios.

Sólo si entre todos, como ciudadanos pero también como consumidores sensibilizados, somos capaces de mantener el interés económico, biológico y cultural de las dehesas, lograremos además de su conservación, algo mucho más importante, estaremos afianzando un modelo de relación del hombre con la naturaleza basado en la responsabilidad ambiental.

César Javier Palacios
Fundación Félix Rodríguez de la Fuente

Al fin, estamos en primavera

 
Intentamos ahuyentar el frío desde las fechas del calendario para dar paso a la primavera que nace esquiva y timorata sin pretensiones de sol. Los que nos adjetivamos como arrecidos llevamos grabada en la piel los fríos intensos y las copiosas nevadas de este invierno sin fecha de caducidad. No levantamos cabeza. Miramos el mapa del tiempo con la convicción de ver dibujados unos soles en nuestra zona geográfica y la temperatura en ascenso, pero no hay cambios que llevarnos a la boca: unas rayas que surgen de unas nubes de cuento infantil y unas borrascas como tronzadores nos desbaratan la ilusión. Otra vez la ropa de abrigo y la mirada enrojecida.

Con el frío arañando el alma se cuelan unos días atemperados, suaves, contenidos. Empujo al tiempo para ver el sol dorando las crestas de las montañas y mudar de verde y flor los brazos desnudos de los árboles. Llevo cosidas a mi memoria muchas primaveras hechas de días, de momentos, de instantes muy felices entre juegos de sol y sombras en los prados verdosos, en solanas y umbrías del pinar, en los juegos en la plaza y por entre callejas Más de una vez los sentimientos se hicieron palabras en versos confusos de algún poema que escribía a hurtadillas, ya en la escuela, ya en mi casa, grabando en algún papel todas mis emociones nacidas en ese baile hormonal de la primavera. Como no había lector que añadir a mis reflexiones poéticas me deshacía de ellos y guardaba silencio. Es el tiempo de ensoñaciones y quimeras, de emociones calladas, de enamoramientos apasionados y de tertulianos al sol dispuestos a cambiar el mundo.

Esta vitalidad de la primavera se hace verso en toda la coreografía de la naturaleza. Los seres humanos percibimos la realidad con un renuevo en el aderezo neuronal del cerebro que aplaca las conductas agresivas. Me vienen a la memoria algunos acontecimientos históricos donde la cordura y un sentimiento noble de pacifismo hicieron posible, o se iniciaron al menos, grandes cambios sociales sin que las armas tiñeran de luto la tierra.

“La Primavera de Praga” en el año 1968 sembró los cambios contra el totalitarismo del partido comunista en Checoslovaquia. Ahí estaba el apoyo del escritor Václav Havel, y posterior Presidente democrático de su país. No fue posible la transición entonces pero se vislumbró un horizonte en libertad. En ese mismo año, surge en París la protesta estudiantil antiimperialista que se conoce como “El Mayo Francés” –“Haz el amor y no la guerra” o “Imaginación al poder” eran sus lemas-. Esta revolución estudiantil recorrió el mundo. El 25 de abril sonó de madrugada en los cielos de Lisboa la canción “Grándola Vila Morena” Era la contraseña de una revuelta militar contra el régimen dictatorial de Salazar. Los fusiles se cargaron con balas especiales: claveles. Esta revolución de los claveles llevó la democracia a Portugal. ¡Primavera, primavera…!

Mi admiración y recuerdo a un eminente escritor: Miguel Delibes. El describió el mundo rural con el más puro y solemne de los lenguajes poéticos…”Desde la roca de las Crines, Rafa oteaba la curva baja de la vaguada, el rojo camino serpenteando junto al río, entre ringleras de manzanos abandonados y, aunque el sol estaba vencido, hizo pantalla con su mano derecha y amusgó los ojos para concentrar la mirada…” –El disputado voto del señor Cayo-. Los que somos de pueblo no te olvidaremos.

Guadalupe Fernández de la Cuesta 
Neila (Burgos)

Vuelvan a sus cavernas

(*) con Jerónimo Aguado, Presidente de Plataforma Rural

¿Quiénes, junto al beneplácito de las instituciones públicas, impusieron el modelo de agricultura industrializada que ha supuesto la desaparición de millones de campesinos y campesinas y el abandono de los pueblos en todas las regiones del mundo?

¿Quiénes deshonraron el acto sagrado de producir alimentos para convertirlo en un acto productivista, perverso y dañino, exigiendo a los agricultores y agricultoras ser más consumidores de materia y energía, que productores y productoras de alimentos?

¿Quiénes degradan a las mujeres a los trabajos más precarios con los salarios más diminutos?

¿Quiénes diseminaron tecnologías excluyentes que han puesto en peligro, y al borde del precipicio, la diversidad de ecosistemas agrícolas, ganaderos y pesqueros, fundamentales para mantener una agricultura viva que asegura el presente y el futuro de la alimentación mundial?

¿Quiénes nos engañaron con una revolución falsa? La revolución verde, esa propuesta macabra aplicada hace más de 50 años, tuvo la habilidad de canjear personas que trabajaban la tierra con racionalidad y con criterios de sostenibilidad, por tecnologías agresivas para nuestro medio ambiente, convirtiendo nuestros campos en desiertos humanos y en eriales incultivables para el futuro?

¿Qué fuerza de ocupación sin uniformes se ha convertido en exterminadora del medio rural?

¿Quiénes han convertido los alimentos en una mercancía? – ¡Compren, bonito y barato! -anuncian con los pies sobre el parquet de la Bolsa.

¿Quiénes pretenden ahora imponer los cultivos transgénicos, abortos de semillas, que sólo fortalecen el modelo de agricultura industrializada, obligando a los agricultores y agricultoras a ser cada vez más dependientes de ella?

¿Quiénes vulneran los derechos humanos en infinidad de comunidades campesinas, negándoles el acceso al agua, la tierra, las semillas y la vida, para hacer de la alimentación una actividad especulativa para su enriquecimiento?

La respuesta la escucharemos este próximo 17 de abril en un grito de rebeldía pacífica en muchas y diversas acciones locales en todos los rincones del planeta sumando, una más una, una única gran movilización en el día INTERNACIONAL DE LA LUCHA CAMPESINA: ‘Fuera de nuestras tierras, vuelvan a sus cavernas
 
Gustavo Duch Guillot

PALABRE-ANDO: http://gustavoduch.wordpress.com/
LO QUE HAY QUE TRAGAR: http://loquehayquetragar.wordpress.com/

"Porque contar es otra forma de caminar"

La agricultura y la ganadería ecológica mejoran la biodiversidad


La biodiversidad es mucho más que una mera cuestión de áreas protegidas, de especies en peligro, de riqueza natural y de paisajes. Es ante todo el sabio resultado de miles de millones de años de evolución de unos procesos naturales únicos, pero también de la influencia creciente de las actividades del ser humano en estos espacios, pues estas mutuas interacciones son las que fundamentan en la actualidad el sustento de la vida sobre el planeta. Además la biodiversidad es garante de bienestar y equilibrio en la biosfera.

Nosotros somos biodiversidad, pero nuestra forma de ser, de actuar sobre el medio, también implica un enriquecimiento o un empobrecimiento de la biodiversidad. El hombre y su cultura, como producto y parte de esta diversidad, debe por tanto velar por protegerla y respetarla.

De acuerdo con esta responsabilidad universal, nuestra obligación no puede reducirse únicamente al mantenimiento de unos pocos espacios protegidos, de unas escasas islas naturales en un entorno de general degradación. Evidentemente, resulta muy complicado, por no decir imposible, reducir el impacto de nuestra actividad económica más urbana e industrial. Sin embargo, sí es posible lograrlo en los ambientes rurales gracias al mantenimiento de unas actividades que llevamos milenios desarrollando sabiamente, la explotación agraria y ganadera. Esta agrobiodiversidad es la que nos da de comer a 6.700 millones de humanos, pero también la que nos aporta medicinas, energía e incluso felicidad.

La agricultura y ganadería moderna actual, industrializada y dependiente de los combustibles fósiles, volcada en los productos transgénicos, en el consumo de toda clase de productos químicos, está provocando un preocupante empobrecimiento de la naturaleza. Frente a ello, la agricultura y la ganadería ecológicas combinan la protección de la biodiversidad con la oportunidad de obtener un producto diferenciado y sano. Este rendimiento contribuye a la vez a la diversidad de las especies silvestres en tierras agrícolas, y al mantenimiento de miles de razas animales y variedades vegetales de toda índole, reforzando de forma paralela nuestra soberanía alimentaria.

Un suelo equilibrado resulta fundamental para preservar funciones como la fertilidad, la retención de carbono, los ciclos de nutrientes y, finalmente, la producción de alimentos. La diversidad de las especies silvestres es además necesaria para la gestión sostenible de las plagas, y sólo conservando una amplia gama de variedades agrícolas y ganaderas podremos afrontar con garantías los actuales y futuros cambios ambientales y climáticos del planeta.

Pero aún más importante. Los productos ecológicos ofrecen al agricultor y ganadero un mercado mucho más rentable, garantizando su permanencia en los pueblos; manteniendo esos usos y esos paisajes tan nuestros, tan valiosos, sobre los que se fundamenta nuestra cultura, incluso también la gastronómica.

Biodiversidad es el hecho diferencial de cada lugar, el aroma propio, el sabor de unos campos bien cuidados donde al amanecer nos sigan saludando los cantos encendidos de todas esas avecillas a las que mantenemos sin darnos cuenta, pero sin las que la vida sería terriblemente triste.

César-Javier Palacios
Fundación Félix Rodríguez de la Fuente

Nueva web para descubrir al lobo ibérico

Os invitamos a visitar la web y el blog Amigo lobo, que ha elaborado el naturalista Alberto Quero buscando y recopilando noticias, fotografías, entrevistas y grabaciones que estaban dispersas por la red.

Un lugar para descubrir el mundo del lobo ibérico

El principal objetivo de esta web es contribuir a la divulgación, defensa y conservación del Lobo Ibérico, sensibilizando a la Sociedad acerca del importante papel que este emblemático superpredador desempeña en el mantenimiento del equilibrio biológico de los ecosistemas en los que habita. Y quiere dejar constancia también del extraordinario legado sociocultural que el Lobo ha dejado en la literatura, en el arte, en la mitología, en la heráldica, en la toponimia, en el folklore y en el refranero popular...

Asimismo pretende desmitificar al “lobo feroz” que devora a todas las caperucitas, abuelitas y demás personas que encuentra por el campo, y limpiar la negativa imagen de animal sanguinario y casi diabólico que acompaña tradicionalmente a este animal, y que aún perdura en la mentalidad y en el subconsciente de gran parte de la población, sobre todo en el medio rural.

Finalmente, intentaremos aportar ideas y buscar soluciones para armonizar y compatibilizar los intereses de los diferentes colectivos implicados de una u otra forma en la problemática del Lobo, promoviendo un “Pacto con los Lobos” entre ganaderos, cazadores, científicos, ecologistas, medios de comunicación y Administraciones públicas.

Saludos y aullidos para tod@s

Carlos Sanz
Lobo Producciones

Web AMIGO LOBO
http://www.actiweb.es/carlossanz/index.html

Blog AMIGO LOBO
http://amigolobocarlossanz.blogspot.com/

Blog de Alberto Quero - EL AMIGO DE LOS ANIMALES
http://elamigodelosanimales1.blogspot.com/



Trashumancia 2010 Villar del Rey -Badajoz-



Como cada año, fieles a la cita por primavera, los trashumantes de Villar del Rey en la provincia de Badajoz –la delegación local de ADENEX-, sienten el trasiego de rebaños y pastores y comienzan con los preparativos para la gran marcha a través de cañadas y cordeles.

En esta 9ª edición – 24 y 25 de abril – después de degustar un estupendo plato de migas al estilo de los pastores, los participantes junto con el rebaño harán un recorrido por diversas calles de la población (que son cañada), y que, además de las actividades tradicionales que se vienen celebrando en el albergue de los pastores, como el esquileo, el ordeño de las cabras o la elaboración del queso, tenemos como novedad el marcaje de las ovejas con el hierro del dueño y también habrá una exposición de aves carroñeras (buitres); animales muy ligados a los rebaños y a las vías pecuarias ya que eliminaban las reses que se morían durante el trayecto. Estas aves forman parte de un proyecto de Educación Ambiental y son cedidas por el Centro de Recuperación de la Fauna Salvaje “Los Hornos” que la Junta de Extremadura tiene en Sierra de Fuentes (Cáceres).

Por otra parte, tenemos que reseñar el éxito de la edición del año pasado, ya que fueron más de cuatrocientas personas las que participaron en la ruta trashumante. Poco a poco se va cumpliendo el objetivo por la cual fue creada esta fiesta, que no es otro que el despertar la conciencia de la gente para que conozcan, protejan y conserven el mundo de la trashumancia y las vías pecuarias.

Además, el sábado 24 de abril, a las 20 h. de la tarde, en el Salón Cultural, D. Juan Serna Martín ofrecerá una conferencia cuyo título es “La trashumancia y la ganadería extensiva actual”, encuadradas dentro de las VI Jornadas de la Trashumancia.

Como diría un pastor castizo “… Al alba, después de colocar las alforjas y los costales en las yeguas hateras, con los enseres, los avíos y el cundido; de ajustar las zumbas a los mansos, los campanillos a las ovejas, las esquilas a las cabras y apretar las carlancas a los mastines, se inicia la gran marcha … al alba".
 
Paco Cardoso
ADENEX

Sotos, setos y chopos cabeceros en peligro de extinción

Pocos paisajes son tan evocadores como los fluviales. Esas aguas que nos llevan, que pasan y nunca regresan, rodeadas de una exuberante vegetación, son auténticas autopistas verdes, apretados pasillos de biodiversidad. Pueden formar bosques galería (pues las ramas de árboles y arbustos conforman un verdadero túnel por cuyo interior discurre el río), pues son auténticas selvas casi impenetrables bendecidas por unos suelos siempre húmedos, tan variados como complejos. Y es precisamente esta ripisilva o vegetación ripícola la que mantiene la fauna más sonora de nuestro país, las aves canoras de los sotos, paraíso de oropéndolas, currucas, zarceros y ruiseñores.


Tradicionalmente estos bosques longitudinales han sido sometidos a un intenso aprovechamiento agroforestal que en su mayor parte los dejó reducidos a la mínima expresión, a reducidas hileras de árboles relegados a los taludes más inaccesibles. Pero incluso estos usos se hicieron con inteligencia, logrando obtener importantes recursos económicos y, tangencialmente, ambientales.

Paradójicamente, el abandono del campo, el arrinconamiento de los manejos tradicionales, está poniendo en serio peligro de extinción paisajes esculpidos por nuestros antepasados durante milenios, depositarios de una sabiduría que se pierde al mismo tiempo que esas plantas y animales adaptados a ellos.

Los setos vivos son un ejemplo paradigmático. Barreras naturales de árboles y arbustos para separar las diferentes parcelas agrícolas, la concentración parcelaria los ha condenado a muerte, eliminándolos o sustituyéndolos por costosas e improductivas vallas metálicas. Estos bosques en hilera favorecen un mosaico biológico único, pues además de servir de refugio a una gran riqueza vegetal y animal, protegen los cultivos del viento y la erosión, aportando nutrientes para el suelo, alimento para el ganado y leña para los hogares. Pero ya no los vemos útiles y cada vez son más raros y ralos.

El último paso antes de la deforestación del soto es el árbol cabecero. Chopos, sauces, fresnos aislados, viejos, singulares, sometidos a intensas podas (escamondas) periódicas de todas sus ramas. Su magra leña ha alimentado durante siglos los hornos de pan, ofreciendo toscas herramientas, techo y hasta forraje para suplir la escasez de pastos. Pero tampoco nos sirven. Y sin nosotros, sin ese sabio manejo, crecerán desordenadamente hasta partirse por la mitad vencidos por un desigual ramaje que a nadie ya interesa. Con su desaparición desaparecerá el último eslabón de esa antigua selva fluvial. También una cultura única, un saber ancestral en decadencia.

¿Podemos hacer algo para evitarlo? Por supuesto, impedirlo.

Recuperando los viejos manejos, aunque sólo sea para mantener ese paisaje único, para evitar el avance del desierto, el empobrecimiento natural y cultural de nuestros campos. Incluso pagando plantaciones y podas, fomentado las masas naturales frente a las repoblaciones de chopos papeleros, de alta rentabilidad económica pero muy escaso interés ecológico. Compensando a los agricultores con dinero el esfuerzo de su conservación a través del manejo tradicional. Es el pago por sus servicios ambientales. Por mantener algo tan impagable como el susurro de las hojas de un chopo en una cálida tarde de junio.

Para más información: Manifiesto por la conservación del chopo cabecero.


César-Javier Palacios
Fundación Félix Rodríguez de la Fuente