Con este escrito inicio mi singladura en el blog de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente. En otras circunstancias, la elección del primer tema quizás habría requerido de un largo tiempo de meditación pero, después de mi encuentro en Madrid con Odile Félix Rodríguez de la Fuente y Fernanda Serrano –directora y gerente de la Fundación–, tengo muy claro que quiero hablar de un aspecto sobre el que, poco a poco, me gustaría ir profundizando a través de mis sucesivas aportaciones: la fascinación de Félix por el estudio del ser humano.
Soy arqueólogo y naturalista; consecuentemente, en mis expediciones de campo por África, América y Australia me han interesado, y continúan preocupando, no sólo los estudios sobre el origen, evolución y comportamiento del ser humano sino también todo lo que rodea al origen y evolución del Universo, la Tierra y la Vida. Una fascinación por los orígenes que data de mi infancia. De pequeño crecí con los documentales del comandante Jacques-Yves Cousteau y del maestro David Attenborough, aunque existieron dos series de televisión que me marcarían para siempre: Cosmos de Carl Sagan y, sobre todo, El Hombre y la Tierra de Félix Rodrígez de la Fuente.
Aún era un retoño pero siempre me encantó que, en los créditos del programa, junto a las imágenes de varias especies animales, apareciesen también los seres humanos. Muchos consideraron dicha asociación como ofensiva o denigrante para el ser humano, algo que también he padecido en mis carnes cuando he expuesto en lugares públicos dibujos de otro gran naturalista desaparecido, el Profesor Jordi Sabater-Pi. Todavía existen prejuicios en aceptar el hecho de mostrar humanos y animales en un mismo saco, pero la realidad es que somos animales... seres vivos en el seno de la biodiversidad.
De forma tradicional, debido a nuestra manía en separar entre Ciencias y Humanidades, desde el bachillerato hasta la universidad, el estudio del ser humano se ha realizado de forma independiente al resto de los seres vivos, del planeta en el que vivimos y del Universo que nos cobija. Félix, avanzándose a los actuales equipos de investigación interdisciplinar, ya dejó muy claro en sus filmaciones, publicaciones y locuciones radiofónicas, el estrecho vínculo que une al Homo sapiens con el resto de la naturaleza. Hoy, por ejemplo, en mis investigaciones de campo sobre evolución humana combino la arqueología y la paleontología (el estudio del pasado), con la geología, botánica, zoología, etología y etnología (el estudio del presente), siguiendo el espíritu de los grandes naturalistas; naturalistas como Félix Rodríguez de la Fuente.
Precisamente, mientras escribo estas líneas, preparo mi próxima expedición a Tanzania y pisaré lugares que visitó Félix Rodríguez de la Fuente no sólo en su persecución del comportamiento de los licaones -los perros salvajes de la sabana- sino también de las raíces biológicas de la Humanidad.
Jordi Serrallonga, arqueólogo y naturalista
Director de HOMINID Grupo de Orígenes Humanos (PCB, Universidad de Barcelona)
Guía de expediciones de Ciencia y Aventura
8 jun 2010
9:53
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